Qué es la tensión arterial

Diástole: relajación muscular, dilatación del corazón, llenado de sangre
La tensión arterial es la presión a la que circula la sangre por el sistema circulatorio, o sea la fuerza que ejerce la sangre circulante sobre las paredes de los vasos sanguíneos. Durante el latido del corazón, la presión de la sangre en todo el sistema circulatorio sufre oscilaciones importantes. Esto se debe a que el músculo cardíaco funciona como una bomba de tres tiempos: diástole, sístole auricular y sístole ventricular. Durante la diástole (relajación del músculo cardíaco con expansión de las aurículas y los ventrículos), el corazón se carga de sangre que va a bombear, succionándola de las venas; para ello, las válvulas de salida del corazón se cierran, impidiendo que entre al corazón la sangre arterial que acaba de salir. Por lo tanto, en este momento la presión sanguínea es mínima en todo el sistema circulatorio, porque es cuando hay más sangre en el corazón, y menos sangre en los vasos sanguíneos. Este valor de presión se llama presión diastólica.

Sístole: contracción muscular, compresión del corazón, bombeo de sangre
Durante la sístole auricular, las aurículas (cámaras superiores del corazón) se contraen, y las válvulas de entrada al corazón se cierran para impedir el retroceso de la sangre hacia las venas, y así se cargan de sangre los ventrículos (cámaras inferiores del corazón). Durante la sístole ventricular se contraen los ventrículos, expulsando dos chorros de sangre a alta presión hacia las arterias, y en este momento la presión sanguínea es máxima. Este valor máximo de presión se denomina presión sistólica. Tras completarse este tercer movimiento, se inicia de nuevo la diástole, y así es cómo el corazón bombea la sangre continuamente, relajándose y contrayéndose por partes de manera cíclica.
Para el organismo el control de la presión que ejerce el corazón sobre la sangre y los vasos sanguíneos es muy importante, dado que la presión debe ser lo bastante alta para garantizar que la sangre circule por todo el cuerpo, alcanzando las extremidades y el cerebro (que está a mayor altura que el resto de órganos), pero también lo bastante baja para asegurar que ningún capilar se romperá causando un accidente cardiovascular. Un accidente cardiovascular es un daño (generalmente en el cerebro) que sucede por la interrupción del flujo sanguíneo de una zona del organismo debido a una de las siguiente causas: 1) a la formación de un trombo (coágulo de sangre o de colesterol que tapona un vaso sanguíneo), o 2) al derrame de la sangre de un vaso debido a la rotura de un capilar por una presión muy alta. Cuando la falta de riego sanguíneo afecta al cerebro o a una parte de éste, la falta de oxígeno y de azúcar puede causar un daño irreparable y eventualmente la muerte.
Cómo funciona un tensiómetro digital
Cuando se mide la tensión arterial se dan dos valores de presión, que corresponden a los valores de presión máximo (presión sistólica) y mínimo (presión diastólica) que alcanza la la sangre en las arterias (que se mide en milímetros de mercurio, y habitualmente se citan por decenas, por ejemplo 12-7 en lugar de 120-70 mm Hg). Pero ¿cómo se miden estos valores máximo y mínimo que alcanza la presión sanguínea en cada latido del corazón?

Tensiómetro digital
El tensiómetro digital (aparato que mide la tensión arterial automáticamente ) consiste en un brazalete que se hincha mediante un dispositivo neumático y que mide la presión del aire dentro del mismo. Además, incorpora un sensor que detecta los latidos del corazón en los vasos sanguíneos del brazo. El sensor de latidos no es capaz de detectar los latidos cuando la presión del brazalete es demasiado alta o demasiado baja. Si el brazalete ejerce una presión muy alta, impide el paso de la sangre por los vasos sanguíneos comprimidos bajo el brazalete, y ni siquiera la presión sistólica es suficiente para transmitir al sensor el latido del corazón. Si ejerce una presión demasiado baja la sangre circula de manera continua, sin transmitir la señal de los latidos al sensor. Sólo cuando la presión del brazalete es intermedia se detectan los latidos del corazón, gracias a que la sangre circula bajo el brazalete cuando se encuentra a la presión sistólica (alta), que logra ensanchar los vasos sanguíneos contra la presión del brazalete, y a que la presión del brazalete vuelve a comprimir el vaso sanguíneo cuando éste se encuentra a la presión diastólica (baja). Así pues, el latido se detecta como un cambio de presión de las arterias comprimidas contra el brazalete, sólo cuando la presión del brazalete está entre los valores de presión sistólica y diastólica.
El brazalete se ajusta alrededor del brazo con un velcro, y al iniciarse la medida se hincha hasta una presión superior a la presión sistólica (o sea, se hincha hasta que no se detecten los latidos del corazón bajo la presión del brazalete). Así, mientras la presión del brazalete sea más alta que la presión sistólica (la máxima presión que ejerce el corazón), la sangre no circula por los vasos sanguíneos localizados bajo el brazalete, y el sensor de latidos del corazón no detecta cambios de presión en los vasos sanguíneos comprimidos. El tensiómetro deja salir lentamente el aire mediante una válvula, midiendo continuamente cómo baja la presión del brazalete. Cuando la presión del brazalete se iguala a la presión sistólica, el latido del corazón vuelve a detectarse, porque la sangre puede pasar por los vasos bajo el brazalete cuando la presión es alta (sistólica), pero no cuando es baja (diastólica), y el valor de presión se almacena en la memoria digital del aparato. La presión del brazalete continúa bajando, llegando un momento en que es tan baja que no se detectan los latidos en el vaso sanguíneo; esto sucede cuando la presión del brazalete se hace igual o menor que la presión diastólica, así que este dato de presión mínima se almacena también como la lectura de presión diastólica.

Esfingomanómetro y estetoscopio
Clásicamente la tensión se determinaba de manera manual con un estetoscopio y un esfingomanómetro que se hinchaba con una perilla de goma, pero el funcionamiento básico era el mismo: se usaba el estetoscopio para detectar los latidos del corazón, anotándose como presión sistólica y diastólica los valores máximo y mínimo entre los cuales se olían los latidos del corazón al circular la sangre bajo el brazalete.
Precauciones para la correcta lectura de la tensión arterial
El paciente debe encontrarse tranquilo en el momento de tomar la lectura de la presión. La presión sanguínea se altera fácilmente por factores emocionales, por lo que se recomienda tranquilizar al paciente previamente a la lectura de la tensión. Frecuentemente se critica el uso de los tensiómetros digitales domésticos alegando que no son tan fiables las lecturas que se hacen en casa como las que hace un profesional. De acuerdo, es verdad. Pero tampoco es fiable la lectura que lleva a cabo un profesional que no cuida la comodidad del paciente ni se preocupa de que éste esté relajado en el momento de tomarle la tensión, o en el caso de pacientes fácilmente impresionables, como le pasa a mi madre, que se angustian por la sola presencia del médico (fenómeno conocido coloquialmente como síndrome de la bata blanca).

Tensiómetro de muñeca
El brazalete debe colocarse en el brazo a la altura del corazón, para evitar efectos de presión debidos a la diferencia de altura entre el corazón y el vaso donde se lleva a cabo la medida. Así la lectura de presión dará cuenta de las presiones máxima y mínima que experimentan los vasos que rodean el corazón. Si el paciente deja caer el brazo o contrae el músculo la presión de la sangre aumentará.
Hay que evitar ejercer presión adicional sobre el brazalete, para que la lectura de presión sea lo más fiable posible. Por la misma razón, se aconseja pedir al paciente que no hable ni se mueva. ¡Sin agobiarlo!
Hay que tener en cuenta que la presión de la sangre sufre cambios de manera natural a lo largo del día. Por ejemplo, sube después de las comidas y baja en periodos de ayuno. También se modifica por la ingesta de algunos alimentos o fármacos. Así, por ejemplo, la tensión sube tras el consumo de sal, café, tabaco, vino, alcohol, o en situaciones de estrés, y baja tras la ingesta de aspirina. Así que para comparar la tensión a lo largo de varios días, hay que tomarla siempre a la misma hora y en las mismas condiciones.
Factores que influyen en la tensión
La tensión arterial se puede alterar por muchas causas. Como valores de referencia, se considera que un adulto en reposo debe presentar una presión sistólica de 90-120 mm Hg y una presión diastólica de 60-80 mm Hg. Estos valores suelen elevarse transitoriamente por la actividad física, tras la ingesta de alimento o por factores emocionales, y disminuyen ligeramente durante el sueño. El exceso de sal (patatas fritas, snacks), grasas (frutos secos, bacon, fritos) o alcohol en la dieta hace que el organismo retenga un mayor volumen de agua, y que el volumen de sangre circulante sea algo mayor, lo que aumenta la presión. Las sustancias excitantes (café, té, regaliz, cacao, ginseng), la obesidad, la falta de ejercicio o el estrés pueden elevar la tensión. Cuando el organismo no consigue mantener la tensión arterial en los límites normales, se habla de hipertensión. Éste es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, junto con el colesterol, la obesidad y el tabaquismo.
Una tensión arterial constitutivamente baja no conlleva un riesgo tan grande para la salud, aparte de la posibilidad de algún desmayo ocasional (sobre todo tras varias horas de ayuno). De hecho la tensión baja constituye una garantía de que no se va a sufrir un infarto. Para evitar problemas derivados de la hipotensión, conviene tomar bebidas con cafeína entre comidas, para evitar la caída de tensión tras horas de ayuno (café o té a media mañana o a media tarde).
Una manera de combatir la tensión alta es evitar el consumo excesivo de sal, grasas y excitantes (nada de patatas fritas, snacks, fritos; moderar la cafeína y el alcohol, evitar las bebidas energéticas de cafeína y sales, que son una verdadera bomba); conviene también llevar hábitos de vida saludables (hacer ejercicio y comer fruta y verdura fresca, nada de tabaco); finalmente, también evitar el estrés(tomar la vida con tranquilidad y descansar bien).
Detección y tratamiento
Para detectar la hipertensión hay que realizar mediciones periódicas de la tensión. Esta práctica es muy sencilla, no tiene complicaciones y es barata, sólo hay que acudir al médico o a la farmacia y solicitarlo.
Los hábitos de vida saludables pueden ayudar en gran medida a prevenir la hipertensión, pero la enfermedad también depende de factores genéticos y ambientales que escapan a nuestro control. Una vez diagnosticada la hipertensión, debe tratarse mediante la ingesta de un fármaco en pastillas, bajo prescripción médica. El tratamiento en pastillas no debe suprimirse una vez que la tensión vuelve a estar controlada, sino que generalmente debe seguir tomándose de por vida, a no ser que el médico indique lo contrario. El tratamiento farmacológico no es suficiente para controlar la tensión: hay que realizar mediciones periódicas para monitorizar la evolución de la enfermedad, y eliminar todos los malos hábitos que se han descrito (el tabaco, el alcohol, el café y demás excitantes, exceso de grasas y sal de la dieta, el sedentarismo, el estrés).
por favor digame que pasa cuando al medir la tension en el aparato digital las dos son altas y las pulsaciones del corazon son bajas Asi: 134/119 Pulsaciones 54
Gracias y me parece un muy buen articulo e interesante para quien desea estar saludable
Muchas gracias por tu comentario y por participar, Nydia. En primer lugar, debo indicarte que no soy médico, pero te respondo unas recomendaciones generales por si te sirven de orientación. Pero por supuesto, para estas cosas siempre hay que recurrir al médico, ese es mi consejo.
Los valores que nos indicas ciertamente no son normales. El pulso normal de un adulto en reposo suele estar en torno a las 60-100 pulsaciones por minuto. Es normal que se observen valores bajos de pulso: durante el sueño, en situaciones de relax, o también si estás tomando ciertos medicamentos, si eres una persona mayor, o si eres muy deportista. También es normal que tengamos pulsos elevados cuando estamos estresados, trabajando o en actividad física. Pero 54 pulsaciones por minuto son un ritmo más bien bajo, tal vez padezcas bradicardia. No te asustes, no sería muy grave, pero tendrías que tomar ciertas precauciones. Te recomiendo acudir al médico y solicitar unas sencillas pruebas diagnósticas para confirmarlo (electrocardiograma, prueba de esfuerzo, un monitor Holter). Si se confirmase que tienes bradicardia, sería importante tenerlo en cuenta para evitar situaciones de riesgo; por ejemplo, si realizas un ejercicio físico no muy intenso y no tienes un ritmo cardiaco normal, puede suceder que la sangre no lleve el suficiente oxígeno a músculos y al cerebro, y que puedas sufrir algún desmayo.
Por otro lado, los valores que indicas de tensión arterial son altos, eso significa que la sangre ejerce mucha fuerza sobre las paredes de tus vasos sanguíneos. Esto no significa que vayas a sufrir un infarto o un accidente cardiovascular, pero sí es un factor de riesgo, por eso es importante controlar la tensión. Una manera rápida de disminuir la presión sanguínea son los diuréticos (fármacos que te hacen orinar más, disminuyendo el volumen de plasma sanguíneo circulante), pero esto no remediaría el problema, sólo sirve a muy corto plazo. Te conviene moderar la ingesta de sal, evitar absolutamente el café, el té, el alcohol y el tabaco, hacer una dieta saludable (baja en grasas animales y rica en verdura) y algo de ejercicio para bajar de peso. Si tienes más de 50 años y no tienes sobrepeso, tal vez deberías consultarlo con el médico para que te prescriba algún medicamento para controlar la tensión.
También puede suceder que el aparato esté descalibrado, o que la lectura que indica no sea fiable por haber colocado incorrectamente el brazalete, por haberte movido durante la lectura, o por no estar en buen estado las baterías, o por haber ejercido presión adicional sobre el brazalete durante la lectura (por ejemplo apoyando el peso del brazo sobre el brazalete, o cerrando el brazo contra el tórax durante la medida, etc). Está bien controlarte la tensión tú misma periódicamente, pero las conclusiones las debe sacar un profesional cualificado.
En fin, te repito: no te asustes, pero consúltalo con tu médico. ¡Saludos!